En una relación uno va construyendo, tal como se fabrica una casa, mas especifico como uno construye una muralla, lamentablemente vivimos el tiempo del inmediatez, donde queremos todo rápido, claro, y lo que no podemos arreglar rápido, es desechable, el problema de lo desechable es que llena nuestro entorno de basura, es decir de estorbos.
Por lo que me mostraba el Señor, es que uno quiere avanzar rápido, y ver los resultados, por eso que uno pone ladrillo tras ladrillo, uno encima de otro, imagínate, que rápido se puede hacer una muralla así, pero es una idea equivocada, por que en cada corrida de ladrillos debes poner una capa de cemento, donde te demoras, y el muro no crece mas que 1 centímetro, y no nos gusta, menos cuando tenemos que prepararlo, aplicarlo, y esperar que se seque, eso si es esperar, pero sabes, si no hacemos esto, una vez terminada la muralla, alguien le pondrá un dedo y se caerá, y nuestro entorno se llenará de estorbos, sabes a lo que me refiero, malas relaciones, caras largas, incomodidad, etc.
Los buenos muros se demoran, y tienen que ver con hacer esas cosas que sabemos correctas, pero no nos gustan, por el tema de esperar, esto de hacer lo correcto, no muchas veces nos convence, aunque sabemos que nos trae buenos dividendos, el secreto no está en ser inteligente, y soportar lo que no le gusta, como quien se toma un remedio demasiado malo, si no el secreto está en doblar nuestra voluntad, en eso se glorifica Dios, por que así como Jesús dobló su voluntad en el huerto de Getsemaní, ahí es donde encontramos poder, ya que el aguantar, involucra nuestro cuerpo, pero no así nuestra alma, y nuestro espíritu, en cambio el doblar nuestra voluntad involucra nuestro corazón, y ya no es un acto fariseo para que todos vean, si no es un mover interno, donde el corazón deja de ser ese niño mimado, orgulloso, inflexible.
Te lo dice alguien que es llevado a sus ideas, y que en los momentos difíciles cede, pero su corazón sigue buscando lo suyo, pero que felizmente ha encontrado Poder en el unigénito hijo de Dios, y en el querer ser así.
2 comentarios:
Confieso, que siempre me he caracterizado en "hacer amistades" y mantenerlas. Pero en los últimos años me he enfrentado a la decisión de continuar o no una amistad, porque cómo tú dices, no he querido dedicarme a levantar murallas firmes. Ciertamente es más fácil colocar ladrillos, es más rápido. Pero dedicarse a mezclar y dar el toque perfecto para que se "unan", nos demanda mucho más. Por lo mismo Dios me ha enfrentado a "dedicarme", decidir amar y aceptar. Reconociendo que en mi carne me cuesta, pero necesito del "amor" que proviene de Dios para poder dar...
Y necesito también amigos que de alguna forma empatizan en este caminar, así que Gracias!!!
Porque eres de los que se dedican a hacer mezclas, y de las buenas jajaja!!!!
Ceder.
Esperar.
Dar.
Nuestro Padre nos da la salida, nos da la clave. E insistimos en hacer mezclas mediocres, buscar nuestras propias fórmulas. Lo perfecto, lo eterno, no puede conseguirse en un día.
Seguro Dios pudo crear todo de un viaje, pero si Él decidió esperar, si Jesús esperó 30 años para iniciar su ministerio, eso sólo nos señala que en Su gran misericordia nos enseña que SE PUEDE.
Quizás parezcamos "bichos raros" en este mundo acelerado, pero nuestra opción no fue por el mundo, sino por Él.
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