Tierra

La primera característica del agricultor es la fe, sin fe, no se puede ser uno de ellos.

La gente ve un paraje sembrado, y unos cerros llenos de brotes y cree que de estos lugares se sacan buenos frutos, que se aprovecha muy bien este espacio y que la agricultura es espectacular, los recursos naturales son maravillosos en nuestro país, esto puede pensar alguien que pasa en su viaje de una ciudad a otra y ve todo ordenado plantado y brotado de una manera frondosa.

Pero el sitio eriazo, ese cerro que no tiene ni siquiera un árbol, esa hectárea que tiene piedras, un suelo duro, y lleno de malezas, el viajero lo mira y busca desde su ventanilla otro sitio para fijar su admiración. Pero el agricultor tiene fe y cree que si limpia el sitio podrá lograr algo, esa es la primicia para comenzar. Una vez limpio de grandes piedras y mucha maleza, pueden pasar sus amigos ganaderos y ver que desaprovechada esta esa tierra, vacía, no se podrían poner animales a pastar, es otro sitio como los hay tantos. Pero el agricultor lo mira y lo ve con fe y no solo eso, ya ha trabajado bastante en él, por lo menos en su limpieza, lo que es invisible para otros.

Luego lo comienza a trabajar, remueve unos centímetros de tierra, donde se encuentra con piedras más grandes y más enterradas, las cuales le cuestan mucho trabajo sacarlas, otras son tan grandes que mejor las deja donde están.

Ahora lo miran sus familiares y piensan que está loco si piensa que esa tierra les dará de comer, si tiene tantas rocas, tantas impurezas en lo profundo de su intimidad, pero el agricultor tiene fe, por sobre todas las cosas.

Riega todos los días con las aguas de un estero que pasa cerca del sitio eriazo, entonces la tierra se remoja, y el agricultor la remueve nuevamente, una y otra vez, lo que no trae mas que duda, incredulidad a todos, menos al agricultor, su fe es como hierro.

Luego pone la semilla, nadie lo nota, todavía es un sitio eriazo para los que lo miran, pero en el interior de esta tierra limpia, filtrada, removida de escombros, comienza el milagro de la vida, sin que nadie lo note, ni siquiera el agricultor, aunque lo cree tan firme, que lo sabe y esta completamente seguro que el milagro se está llevando a cabo.

Lo miran los niños que nunca han visto el proceso del arado, y hay unos brotes pequeños, que recién toman forma, y piensan que el sitio da arboles demasiado pequeños, tal vez atrofiados, insignificantes y que la persona que trabaja esta tierra debe estar completamente frustrada, pero el agricultor mira estas pequeñas criaturas vegetales y sabe que le van a dar de comer a él y a muchos, inclusive a los que miraban con desprecio esta tierra.

Si estás en tu vida y sabes como es el proceso para que las cosas marchen bien, debes saber que el ingrediente principal es la fe.

Hebreos 11:1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

Esta es la fuente de la paciencia, la cual necesitarás cuando otros miren con desprecio el trabajo que con tanto esfuerzo has acumulado tras horas de limpieza, tal vez te dirán que no tienes nada, pero tu fe sabe que aunque no sea de los paisajes que prefieren los viajeros, tarde o temprano te dará de comer.