Cerro

Me encanta subir el cerro San Cristóbal en bici, lo empiezo a subir sin saber si lo voy a lograr o no, muchas veces he claudicado y me he tenido que volver, otras muchas lo he logrado, pero este martes y hoy jueves lo logré, y he pensado algo, es un desafío, se presenta con un camino a recorrer, no cualquiera, si no uno que necesita una cierta constancia, una coordinación entre como respiras y como pedaleas, y el camino aunque muy bien pavimentado, no es igual, a veces con una pendiente mas empinada y otras veces menos, lo que complica el ritmo, en partes uno queda con la lengua afuera, el camino se torna duro, y son tramos donde hay que resistir, perseverar, y tratar en todo lo posible de mantener el ritmo, para esto descubrí el siguiente detalle, cuando las cosas están un poco más fáciles los pedales se quieren arrancar solos, el ritmo del pedaleo debe mantenerse, y lo mejor es pasar el cambio, para que la bici esté mas pesada, y se mantiene el ritmo, aunque la bici ande mas rápido, eso no es lo importante, lo que si importa es que el ritmo se mantiene, entonces luego cuando viene el camino más pesado, uno pasa el cambio y pone la bici mas liviana, por lo que se mantiene el ritmo, y se empieza a andar mas lento.
Tal vez en tu vida has querido mantener un ritmo parejo, y de verdad que cuesta, la vida es una montaña rusa, pero si te fijas, puedes aplicar esto, si la vida se pone fácil, vas a querer cambiar el ritmo de tu vida, pero recomendable es pasar el cambio, y ponértela un poco mas difícil, por ejemplo, si te suben el sueldo, ahorra, o si te dan la confianza para reemplazar al jefe en su ausencia, asume mas responsabilidades, entonces el ego no te hará pecar.

Eclesiastés 10:1 Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al perfume del perfumista; así una pequeña locura, al que es estimado como sabio y honorable.

Así entonces cuando las cosas se pongan duras, tu podrás pasar el cambio, y mantener el mismo ritmo, ya que pones mas liviana la situación, las cosas van a andar mas lento, será el momento de perseverar, de avanzar poquito a poco, pero a un ritmo permanente.

Debo decir que hay una parte en que casi siempre paro, es luego de una empinada subida, y hay un mirador increíble, y llego a ese lugar y es muy lindo, pero no es la meta, y varias veces me he querido conformar con llegar hasta ahí, y lo he hecho, pero no es lo mismo, luego de ese mirador el camino es mucho mas fácil, pero hay veces que el proceso nos desgasta tanto, que no queremos perseverar, sin saber que lo peor ya pasó.




En los últimos metros el camino es bien empinado, pero es la meta, y da lo mismo, uno lo sube en victoria, como que lo sube psicológicamente, y ya no estas fijándote si es fácil o difícil, por que ya sabes que estas en la cima.

Entonces llego con este sentimiento de triunfo, sabiendo que me costó, y ahí está la recompensa:
Es que todo el día te he estado buscando, te busco en cada rincón, estoy parado en una esquina y estoy casi seguro que estuviste ahí hace unos segundos, hay veces que siento tu perfume, no se si es locura, pero mi mirada te busca en cada detalle de esta ciudad, y yo llego a este mirador espectacular y SÉ que estas ahí abajo, veo el contorno de la ciudad y estoy completamente seguro que estás ahí. La ciudad la cubre el atardecer y es una obra maestra llena de colores y las luces se están prendiendo de a poco, mientras el generoso sol da sus rayos desde el horizonte hacia el cielo de la parte oriente de la ciudad. Estoy maravillado con el paisaje y sigo pensando, estás ahí, ya no tengo que buscar en cada centímetro de la ciudad, intentando armar el rompecabezas de lo que permites y de lo que no, si no que desde este lugar puedo ver que tu estas haciendo TU voluntad, que no se te arranca nada, que todo es tu obra, que has permitido todo lo que mis ojos ven, y veo desde una gran perspectiva lo que mis ojos buscan, y es tu voluntad Dios, la busco desesperadamente y quiero ser parte de lo que estas tramando.

Jer 29:13 y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.